Novedades >> Un abrazo de inmenso cariño
En medio de nuestro día a día, de nuestras prisas y de todas las actividades que tenemos, es un gran regalo poder hacer una parada y mirar nuestra vida desde los ojos y el corazón de Dios.
Él nos ha creado con un amor infinito, y nos sostiene con su Amor, día a día. Dejemos que ese Amor nos llene... nos inunde... nos enamore.
Y qué bonito, al sentirnos amados, que tratemos de ofrecerle nuestro frágil y pequeño amor pero, eso sí: con todo nuestro ser. En este intento de corresponder a Su Amor: eterno, fiel, e infinito, nos damos cuenta de que muchas veces caemos y, como san Pablo, no hacemos todo el bien que queremos e incluso hacemos el mal que no queremos.
Por eso, necesitamos reconciliarnos con el Señor, con los hermanos y con nosotros mismos, y volver a empezar de nuevo.
Aquí te ofrecemos un hermosísimo texto, que seguro conoces, pero te invitamos a disfrutarlo y a saborearlo nuevamente: la parábola del hijo pródigo o, como muy bien se le reconoce: la del Padre misericordioso.
Hemos elaborado con mimo un examen que quizás pueda ayudarte a prepararte para una buena confesión.
Animémonos a vivir nuestra vida con alegría y desde el agradecimiento por tanto como recibimos...y a corresponder a su infinito amor. Pidamos perdón al Señor por lo que no hemos hecho bien, y no dudemos en correr a sus brazos, ¡¡que nos esperan!!
Nos alegraría que todo esto q hemos preparado con mucho cariño, te pueda ayudar a acercarte un poquito más a Dios. ¡¡A por ello!!


Él nos ha creado con un amor infinito, y nos sostiene con su Amor, día a día. Dejemos que ese Amor nos llene... nos inunde... nos enamore.
Y qué bonito, al sentirnos amados, que tratemos de ofrecerle nuestro frágil y pequeño amor pero, eso sí: con todo nuestro ser. En este intento de corresponder a Su Amor: eterno, fiel, e infinito, nos damos cuenta de que muchas veces caemos y, como san Pablo, no hacemos todo el bien que queremos e incluso hacemos el mal que no queremos.
Por eso, necesitamos reconciliarnos con el Señor, con los hermanos y con nosotros mismos, y volver a empezar de nuevo.
Aquí te ofrecemos un hermosísimo texto, que seguro conoces, pero te invitamos a disfrutarlo y a saborearlo nuevamente: la parábola del hijo pródigo o, como muy bien se le reconoce: la del Padre misericordioso.
Hemos elaborado con mimo un examen que quizás pueda ayudarte a prepararte para una buena confesión.
Animémonos a vivir nuestra vida con alegría y desde el agradecimiento por tanto como recibimos...y a corresponder a su infinito amor. Pidamos perdón al Señor por lo que no hemos hecho bien, y no dudemos en correr a sus brazos, ¡¡que nos esperan!!
Nos alegraría que todo esto q hemos preparado con mucho cariño, te pueda ayudar a acercarte un poquito más a Dios. ¡¡A por ello!!

