Consagradas a Él
La presencia de Cristo es la que ilumina y da sentido pleno a nuestras vidas. Es Él "quien nos ha elegido y nos ha enviado para que demos fruto, y nuestro fruto dure" (Jn 15,15),... siendo Hermanitas. Es Él quien nos engrandece y nos ayuda a configurarnos con Él mismo, y quien nos hace plenamente felices. Nos ha regalado el don inmenso de la vocación, y nos ha llamado a formar parte de esta gran Congregación, a consagrarnos a Él y seguirle más de cerca; a formar comunidad con nuestras Hermanas, y a servirle en la persona de los ancianos.
Todo ello es algo muy hermoso, por lo que nos sentimos profundamente agradecidas. Y, al mismo tiempo, queremos responder, desde nuestra propia pequeñez, con todo el amor de nuestro corazón, con todo lo que somos y tenemos, con todo nuestro ser. Unidas siempre a María, vamos dando pequeños pasos en nuestra entrega a Él, desde ese momento inicial en que descubrimos nuestra vocación y lo acogemos con alegría, disponibilidad y gratitud, abiertas siempre a la acción del Espíritu en nosotras. Y, una vez finalizadas las etapas de Formación, continuamos dándole nuestro sí donde Él nos pida.
Nuestra consagración a Cristo es lo más grande que tenemos. Es el centro de nuestra vida, lo que le da sentido y pleno valor. Desde ahí, brota todo lo demás que os vais a encontrar en nuestra página y en el día a día de cada una de nuestras casas. Y es que el Amor es creativo, se difunde y hace nuevas todas las cosas.
Aquí te dejamos un simpático vídeo que hicimos hace un tiempecillo ya... con la novedad de que ahora se está realizando una nueva fundación en Oceanía.
Y aquí os dejamos este otro, que también hicimos hace tiempo y gustó mucho, con el acróstico de la palabra Hermanitas
Y otro que hemos elaborado más recientemente, tras unos ejercicios espirituales en el que algunas hermanas celebraban su aniversario de Consagración
¡Deseamos que os guste!
Todo ello es algo muy hermoso, por lo que nos sentimos profundamente agradecidas. Y, al mismo tiempo, queremos responder, desde nuestra propia pequeñez, con todo el amor de nuestro corazón, con todo lo que somos y tenemos, con todo nuestro ser. Unidas siempre a María, vamos dando pequeños pasos en nuestra entrega a Él, desde ese momento inicial en que descubrimos nuestra vocación y lo acogemos con alegría, disponibilidad y gratitud, abiertas siempre a la acción del Espíritu en nosotras. Y, una vez finalizadas las etapas de Formación, continuamos dándole nuestro sí donde Él nos pida.
Nuestra consagración a Cristo es lo más grande que tenemos. Es el centro de nuestra vida, lo que le da sentido y pleno valor. Desde ahí, brota todo lo demás que os vais a encontrar en nuestra página y en el día a día de cada una de nuestras casas. Y es que el Amor es creativo, se difunde y hace nuevas todas las cosas.
Aquí te dejamos un simpático vídeo que hicimos hace un tiempecillo ya... con la novedad de que ahora se está realizando una nueva fundación en Oceanía.
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¡Deseamos que os guste!