Sor Dolores Puig Bonany
Nació en la ciudad de Berga, situada al pie de la sierra de Queralt, de la provincia de Barcelona y diócesis de Solsona, el 12 de junio de 1857. Es la tercera del matrimonio Ramón Puig y Antonia Bonany.
Familia sencilla y hondamente cristiana. Ese mismo día la regeneran con las aguas bautismales.
Parece ser que se educó en el colegio que las Hermanas Carmelitas tienen en la ciudad y que ayudaría a su padre en el oficio de tejedor. Cuando Dolores cuenta 22 años fallece aquél.
A los 29 años siente la llamada a consagrarse totalmente al Señor en la vida religiosa y seguramente influenciada por su hermana Buenaventura, 2 años mayor que ella, que militaba desde el 1 de diciembre de 1882 en la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados se decide a embarcarse en la misma aventura. Ingresa en la Congregación el 27 de enero de 1887, en Valencia.
De su hermana Buenaventura sabemos que fue una de las fundadoras del asilo de su ciudad natal; que desempeñó el cargo de superiora en algunas comunidades y que falleció el 2 de julio de 1935 en Bañolas (Gerona).
Desde el 27 de enero de 1889 al hacer su profesión religiosa toma el nombre de Sor Dolores de Santa Eulalia. La perpetua la realizó en Valencia el 9 de marzo de 1892. Por la profesión de los consejos evangélicos quedaba unida a la Iglesia y a su misterio de una manera muy singular.
Así, unida a la Iglesia, los ministerios que desempeñe serán para ella, como sacrificio y como trabajo, el modo de cumplir una tarea propia en el empeño divino de la Iglesia, implantar y robustecer el reino de Cristo en las almas...
Durante su vida religiosa ha recorrido las comunidades de Villena (Alicante), Yecla (Murcia) y en 1892 llega a Requena (Valencia), desde donde dio la nota más alta de amor.
¿Cómo era Sor Dolores? Veamos lo que nos dicen los testigos:
Una señora de Requena que conocía mucho a las hermanas afirmó: “Era pequeña pero con un alma tan grande que todo el mundo la quería; ella nos quería a todos y nosotros a ella con locura”
Las hermanitas de su comunidad dieron este testimonio: “ era una hermanita muy humilde, sencilla, cumplidora del deber, muy angelical, y con una caridad extraordinaria para todos".
Familia sencilla y hondamente cristiana. Ese mismo día la regeneran con las aguas bautismales.
Parece ser que se educó en el colegio que las Hermanas Carmelitas tienen en la ciudad y que ayudaría a su padre en el oficio de tejedor. Cuando Dolores cuenta 22 años fallece aquél.
A los 29 años siente la llamada a consagrarse totalmente al Señor en la vida religiosa y seguramente influenciada por su hermana Buenaventura, 2 años mayor que ella, que militaba desde el 1 de diciembre de 1882 en la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados se decide a embarcarse en la misma aventura. Ingresa en la Congregación el 27 de enero de 1887, en Valencia.
De su hermana Buenaventura sabemos que fue una de las fundadoras del asilo de su ciudad natal; que desempeñó el cargo de superiora en algunas comunidades y que falleció el 2 de julio de 1935 en Bañolas (Gerona).
Desde el 27 de enero de 1889 al hacer su profesión religiosa toma el nombre de Sor Dolores de Santa Eulalia. La perpetua la realizó en Valencia el 9 de marzo de 1892. Por la profesión de los consejos evangélicos quedaba unida a la Iglesia y a su misterio de una manera muy singular.
Así, unida a la Iglesia, los ministerios que desempeñe serán para ella, como sacrificio y como trabajo, el modo de cumplir una tarea propia en el empeño divino de la Iglesia, implantar y robustecer el reino de Cristo en las almas...
Durante su vida religiosa ha recorrido las comunidades de Villena (Alicante), Yecla (Murcia) y en 1892 llega a Requena (Valencia), desde donde dio la nota más alta de amor.
¿Cómo era Sor Dolores? Veamos lo que nos dicen los testigos:
Una señora de Requena que conocía mucho a las hermanas afirmó: “Era pequeña pero con un alma tan grande que todo el mundo la quería; ella nos quería a todos y nosotros a ella con locura”
Las hermanitas de su comunidad dieron este testimonio: “ era una hermanita muy humilde, sencilla, cumplidora del deber, muy angelical, y con una caridad extraordinaria para todos".