Nos disponemos a adentrarnos en el corazón mismo de la Hermanita. Y es que los ancianos son el centro de nuestro carisma. Por eso, cuidarlos, entregarnos a ellos... es nuestra misión principal. Todo lo que hacemos va dirigido a ellos, buscando siempre lo mejor. Es verdad que contamos siempre con nuestras deficiencias, con nuestra pobreza y pequeñez... pero os aseguramos que es asombroso conocer de cerca el testimonio de tantas Hermanitas, su entrega incondicional, su buen hacer...Si hay algún campo que marque la diferencia para nosotras, es el del cuidado de los ancianos.

Más de siglo y medio ha sido testigo de nuestra misión en este campo. Todos estos años, día a día, hora a hora... hemos estado entregadas al servicio de nuestros mayores. Es el motivo por el cual se fundó la Congregación. Es hermoso conocer su historia y descubrir cómo, a pesar de la escasez de medios, las Hermanitas se esforzaban y sacrificaban siempre por ellos. A medida que han ido evolucionando los tiempos , hemos ido adaptando nuestro servicio, buscando ofrecerles la mejor calidad en todo. Intentamos que nuestras instalaciones cumplan con la normativa y sean, además, acogedoras, estén limpias y bien organizadas, y propicien un ambiente familiar para que puedan sentirse como en casa.

Además de nuestra formación religiosa, también cuidamos nuestra profesionalidad técnica. Todas disponemos del título de Auxiliar de Enfermería, y cada vez hay más hermanas que cuentan también con carreras universitarias. Ampliamos periódicamente nuestra formación con diversos cursos para estar siempre actualizadas y con una formación integral. Y es que sabemos que la ancianidad es una etapa crucial de la vida, que suele ir acompañada de alteraciones fisiológicas, cognitivas, psico-conductuales... asociadas al deterioro propio de la edad. Y es por ello que necesitan de diversos tipos de cuidados. Contamos, además, con muchos profesionales: tenemos equipos multidisciplinares que se ocupan de ayudarnos a atender holísticamente a nuestros mayores. Nuestras Auxiliares son la prolongación de nuestros brazos y, todas a una, estamos pendiente de cada detalle y cada necesidad que pueda surgir.  Ofrecemos múltiples servicios en nuestros hogares, como peluquería, manicura, podología... Y cada vez son más los voluntarios que se acercan para acompañarlos en su tiempo libre y, muchas veces, ayudan a amenizarlos. Es muy frecuente que vengan grupos -a veces incluso semanalmente- a cantarles, para que puedan disfrutar recordando viejos tiempos...

Cuidar, acompañar, abrazar... entregamos nuestra vida y todo lo mejor que somos y tenemos para que ellos estén felices y siempre lo mejor atendidos. 

Es el lema que tenemos grabado en nuestro escudo: "Nuestros bienes, fuerzas y vida están al servicio de los ancianos desamparados, bajo la protección de la Virgen María Madre de Dios y de San José y Santa Marta"


Os dejamos aquí un acceso directo a la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe "Dignitas infinita sobre la dignidad humana", publicada el 08.04.2024