Nuestras vidas...en la Cruz de Cristo

Viernes Santo. Día en que toda tiniebla se diluye junto a la Cruz del Señor; día en que descubrimos que no estamos solos, que todos nuestros dolores, sufrimientos, preocupaciones, angustias... ya han sido redimidos por Jesús. Todo un Dios ha descendido hasta el dolor más profundo, más amargo, más triste... para darles un valor redentor y redimirnos a nosotros con él. ¡No estamos solos! Él llevó nuestras cruces mucho antes de que nosotros nos las encontráramos. Y, desde que lo hizo, cada sufrimiento, cada problema, cada lágrima.... tiene un valor redentor, si lo unimos a la redención de Cristo.

No dejemos que nuestros propios dolores, ni los problemas que la vida va trayendo consigo (¡¡¡tan duros muchas veces!!!), nos hundan en la tristeza o la desesperanza. Hemos querido resaltar esta noticia con una bellísima imagen del Cristo de nuestra casa de La Serena (Chile), y el Sagrario que tiene a sus pies. Y es que, como muy sabia y hermosamente dice Mons. Francisco Cerro, arzobispo de Toledo: "en todos los sitios vamos a encontrar una Cruz y un Sagrario". Por eso no tenemos que tener miedo: Cristo está siempre junto a nosotros, para darnos su Paz, su Amor, su Luz, su fuerza... para consolarnos y acompañarnos en cada cruz que encontremos en la vida. Y Él siempre nos espera en el Sagrario, deseando que acudamos a Él para consolarnos y ayudarnos.

La cruz nos capacita para un amor de verdad, un amor mucho más profundo.

Y, por otro lado, la Cruz no tiene la última palabra. ¡La última palabra la tiene el Amor y la Vida! Jesús no se quedó para siempre en la Cruz o en el Sepulcro. ¡Jesús resucitó y nos regaló Su Vida, la Vida Eterna! Por eso, tenemos que caminar siempre con la mirada puesta en el Cielo.

Y, mientras tanto, oramos unos por otros y nos unimos en el Corazón traspasado de Cristo por nuestro amor. 

Aquí os dejamos un vídeo, con el deseo de que nos ayude a meditar en el Misterio de la Pasión. ¡Bendiciones!